miércoles, 2 de marzo de 2011

Marcelo Gallo conducirá COOPERAR. ¿Es bueno o malo para el cooperativismo?



El 15 de febrero pasado, una newsletter de Prensa Cooperativa, con una columna firmada por su director Roberto Molina, daba el anuncio que Edgardo Form, actual Presidente de COOPERAR, pedía licencia del cargo entre febrero y septiembre, para dedicarse a la actividad política dentro del partido Solidario, del cual forma parte. Dada la lógica sucesión que existe en la confederación corresponde asumir el interinato a su Vicepresidente Primero, el Cr. Marcelo Gallo. En los siguientes días esperamos que hubiera una confirmación oficial, para comentar esas circunstancias, no porque descreyéramos del rigor de Prensa Cooperativa, que siempre ha tenido una línea de alteridad informativa con los acontecimientos de las diversas organizaciones del Movimiento, sino para tener más elementos de análisis. Por otra parte, nuestra meta no es producir noticias, sino precisamente aportar al debate de las mismas.
Buscamos en la página de COOPERAR y no aparecía nada, luego nos llegamos hasta la página de FACE, que al ser la federación de la cual surge el nuevo Presidente, entendíamos que iba a informar algo; tampoco encontramos nada. Es decir, se había producido un traspaso de autoridad en la máxima organización cooperativa y no había información disponible para el conjunto de las entidades y personas ligadas al mismo. Recién encontramos una noticia en la página de FACE hace escasos días y entonces, decidimos que era tiempo de dar nuestra opinión sobre el tema.
Esperamos que esto explique la demora de nuestra propia publicación.
En principio, nos permitimos disentir en algunos puntos de la nota del amigo Ricardo Molina, básicamente, porque al conocer personalmente a Edgardo Form, por haber trabajado varios años juntos en el Consejo de Administración de COOPERAR, podemos decir que aunque sea dependiente, como gerente del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, eso no lo inhabilitaba para ser un excelente dirigente y una persona mesurada, amplia y de carácter integrador. Siempre recordamos su análisis y explicación sobre la reunión de ACI Américas, donde la Argentina no logró triunfar en la votación para la presidencia hace unos años atrás. Fue justa y acertada, además de enfocar el tema desde diversos ángulos y ofrecer también alternativas de salida.
El hecho de representar al IMFC, no es un peso, sino todo lo contrario, esta organización es uno de los puntales de la confederación y si además su representante es una persona como Form, está bien que haya sido electo presidente.
Es cierto también, que las organizaciones cooperativas no están exentas de mayor o menor actividad política en su seno. Y también es cierto que si la organización a la cual representa Form, tiene entre sus miembros a un Diputado nacional como Carlos Heller, que además de sus inmensos títulos propios como dirigente cooperativo de muchos años, ha fundado un partido político y ha desarrollado alianzas, exista algún hilo conductor entre ambos.
También es cierto que ese partido político es uno de los que apoyan al actual oficialismo y por tanto asumen los éxitos y los fracasos del mismo.
Creemos que dentro de las políticas de incidencia del cooperativismo, es correcta la acción con todas las fuerzas políticas partidarias, sean oficialistas u opositoras. Tenemos al respecto dos frases que hemos repetido en cuanto debate se presentó. La primera es: “El cooperativismo debe ser amigo de todos los gobiernos democráticos, cualquiera sea su signo político; pero no debe ser parte de ninguno, sino que debe bregar por la obtención de sus propias propuestas con respeto y firmeza”. Y la segunda es “Que a nuestra agenda la fijemos nosotros”.
En los últimos tiempos, hemos visto demasiados seguimientos a políticas que son de otros y también demasiados silencios.
Edgardo Form, quien es un hombre honorable, tiene algo o mucho que ver con eso. Es cierto que se complican un poco las cosas cuando su partido es marcadamente oficialista y él mismo desarrolla actividad partidaria. Por eso nos parece bien que no se confundan, y menos en este año electoral, a la confederación con ninguna parcialidad.
Y aquí es cuando debemos ver en la actitud de Form (y quizás también en la institucional del IMFC), una diferencia sustancial y muy saludable, con otras que existen en diversas organizaciones que en principio deberían estar excluidas del partidismo y sin embargo a veces son usadas como trampolín (o como reaseguro futuro) de personas que intentan la vía política de partido. Form se retiró para no comprometer a la confederación en los avatares políticos que él como ciudadano está realizando. Aplaudimos esa actitud.
Dada nuestra posición sobre Edgardo Form y su organización, ahora es imprescindible analizar al nuevo Presidente, Marcelo Gallo.
Al amigo pampeano se le debe la finalización de una tarea que ya había sido iniciada por su antecesor en FACE, el Agrimensor Carlos Weirich y nos referimos al definitivo saneamiento y reestructuración de esa organización, que es la más longeva de las Federaciones, pues nació en 1936.
Lo cierto es que Marcelo Gallo puso nuevamente a FACE en el lugar que le correspondía. Además, esa entidad, desde el mismo origen de COOPERAR en 1962, fue siempre uno de los pilares del cooperativismo urbano.
En la confederación, ocupó el importante puesto de Tesorero, cuando realmente se debían contar las monedas y resolver viejas deudas que vencían casi todos los días.
Además, de las virtudes personales de Gallo, que es joven, muy ordenado y dinámico y eso sólo lo califica para el puesto; lo que debe ser analizado dentro del cooperativismo es si es correcto que en esta etapa histórica y política, la conducción del sector la detente un representante de la rama eléctrica, de la más antigua federación del sector y todavía la con mayor membrecía, con extensión en varias provincias.
Al respecto recordamos que no son muchas las federaciones que “juegan” en la representación confederativa a su “dirigente número uno”. Algo similar ocurrió cuando a finales de los noventa, se concluyó el período anterior de la Confederación y era imprescindible instalar allí a un dirigente de primera línea, con experiencia y que trajera ideas diferentes a las que desgraciadamente habían primado hasta ese momento, en el período de Beraja. Pero además, la responsabilidad de esa etapa debía corresponder a la federación que por su dinámica, empuje, compromiso y visión, permitiera aglutinar al cooperativismo en ese verdadero “reverdecer” que era necesario, para alejarlo de las imágenes de “mesas de dinero”, bancos fundidos o entidades de mirada corta que aparecían.
La confederación encontró al hombre y a la federación que eran capaces de sintetizar ese período. Sin duda afirmamos que el período de Juan Carlos Fissore, que como Presidente de FECOTEL asumió esa tarea fue justo y acertado. En ese momento, el cooperativismo telefónico asumía su rol de vanguardia al cual todos reconocíamos. No importa a los fines de esta visión si ese período se prolongó de más, eso deberá ser analizado con más detenimiento desde dentro del Movimiento y excede esta nota.
Pero lo cierto es que en la Argentina actual, el sector eléctrico representa el único sector en el cual el cooperativismo actúa que no perdió posición de mercado ni asociados netos durante los últimos treinta años. Siempre dijimos que es necesario que seamos estrictos con nuestros propios logros y fracasos, para poder construir visiones objetivas de la realidad.
Durante ese período hubo gobiernos de diferente signo. Hubo períodos de crecimiento general de la economía y también profundas depresiones. Hubo avances y retrocesos en distintos temas que nos importan. Hubo acumulación de capital social en ramas enteras del sector a la vez que otras disminuían su tamaño. Es cierto que a veces las políticas generales de la Nación o de las provincias pueden haber influido; pero también grandes y profundos errores estratégicos propios de nuestras organizaciones y sus direcciones llevaron a perder posiciones de mercado que se habían ganado en las décadas anteriores. O incluso dentro de ese período treintañal.
Si somos estrictamente objetivos, salvo el sector eléctrico que a pesar de todo y pese a todo, mantuvo su participación global en un 15% ó 16 % de los usuarios totales, dentro de los pueblos o ciudades y en porcentajes muchos mayores dentro de las áreas rurales, todas las otras ramas disminuyeron en términos absolutos y relativos.
Dicho esto, recordamos que en una calle de Lima, en ocasión del encuentro de la ACI Américas hace unos años, charlamos distendidamente con Marcelo Gallo, que el tiempo del sector eléctrico había llegado y se debían asumir las responsabilidades del momento.
Estamos convencidos que el sector que liderará esta etapa debe ser el eléctrico, y esto en temas aún distantes de su actividad principal, como pueden ser las telecomunicaciones convergentes de nueva generación, o la construcción de cajas de crédito o el desarrollo de servicios de salud o turismo. El verdadero crecimiento exponencial se dará si el cooperativismo eléctrico se involucra y esto lo decimos sin desmerecer en lo más mínimo a otras entidades o a otras ramas de actividad. Muchas de esas organizaciones vienen soportando presiones, debilidades regulatorias y aumento de competencia.
Por eso nos parece muy bien la sucesión ordenada desde esa perspectiva y también, al indagar más sobre Marcelo Gallo, detectamos que es un hombre del interior profundo, que sin abstraerse de la política de partido, no pertenece a una organización que sea muy monocolor, sino todo lo contrario, en el seno de FACE bullen dirigentes de diferentes ideas políticas y la tarea de su presidente en estos años, fue navegar correctamente esa realidad.
Por ejemplo en 2007, año electoral como éste, FACE decidió realizar su Congreso en San Luis donde no existen cooperativas eléctricas, precisamente para abstraer al sector del bullicio de la política de partidos. Esa decisión fue correcta y permitió escalar en unidad protegiendo las diferencias.
Por último, es necesario analizar la interesante tesis que expone Ricardo Molina en el artículo mencionado sobre la contradicción que se daría entre FACE y el resto de las federaciones eléctricas de base provincial que integran la CONAICE, lo cual llevaría a una crisis próxima en el seno de COOPERAR, dado que la primera se opondría al desarrollo de dicha confederación sectorial.
Creemos que pueden ocurrir tensiones más o menos fuertes; pero todo dependerá precisamente del fijado con claridad de los temas de “agenda cooperativa” desde dentro mismo del Movimiento y no desde organismos de contralor y fomento como son el INAES y las Direcciones provinciales o fuerzas políticas de gobierno u oposición. Decimos esto sin considerar a esas entidades como adversarias, sino como laterales. Estamos convencidos de que la fortaleza del sector radica en su autonomía estricta y a ultranza de todos los gobiernos, colaborando con ellos si así se puede, paro no permitiendo que nos fijen la agenda. Algo de eso hubo, ya que el Congreso Argentino de la Cooperación (o como se llame) que en principio debía sesionar en 2008, según nuestras propias definiciones, finalmente no se reunió…
Y aquí es donde creemos que será bueno una etapa donde una federación eléctrica, la más antigua, la mayor y la que tiene involucrada en la conducción de COOPERAR a su máximo dirigente, pueda iniciar este tiempo. Si el resto de las federaciones eléctricas no están de acuerdo con las políticas que se vayan estableciendo, con seguridad reforzarán su participación, su representación y no procurarán romper a COOPERAR para enfrentarla a CONAICE. Al contrario, es muy probable que ese proceso de debate interno abra un nuevo tiempo de reverdecimiento y autonomía para el sector.
Por lo menos es nuestra humilde visión.

Rodolfo Santecchia

Relacionado:

http://www.prensacooperativa.coop/
http://www.face.coop/

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