05-11-2010 / Desde la histórica sanción de la ley de medios, se pusieron en marcha múltiples iniciativas tendientes a equilibrar el mapa de medios adecuándolo a la nueva normativa. Los plazos de desinversión siguen opacando esos logros.
La militancia siguió de cerca y festejó la sanción de la ley.
Por Martín de Vedia y Mitre
Cuando en la madrugada del 10 de octubre de 2009, el Senado sancionó la ley de medios, artículo por artículo, aún quedaban decenas de militantes y funcionarios en el bar de la esquina del Congreso, pero ya no había para comprar un solo ejemplar de diarios. No buscaban la noticia sino cómo la cubrieron los grandes matutinos.
Desde entonces comenzó una pelea por construir una red de medios de comunicación capaces de informar sobre “la Argentina real”, frente a la “Argentina virtual”, que según sostuvo la cúpula del Gobierno nacional era la que erigen día a día los monopolios. Pero casi de inmediato, en diciembre, la Justicia trabó su aplicación hasta que en junio de este año la Corte Suprema levantó la medida cautelar que la mantenía suspendida.
Entre una instancia y otra, el Gobierno nacional decidió avanzar en la Televisión Digital Abierta, que comenzó a emitir para la zona metropolitana en abril, y recientemente se extendió a Chaco y a algunas zonas del interior bonaerense.
Entonces, el objetivo fue generar contenidos para las nuevas tecnologías. A las señales iniciales, Canal Siete y Encuentro, se sumó Pakapaka, un canal infantil, e INCAA TV, de películas argentinas y latinoamericanas. Así comenzó a cerrarse un primer círculo que se había iniciado a principio de 2009 con la finalización del contrato entre la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y Torneos y Competencias, del Grupo Clarín.
Sin embargo, la aplicación de la ley de medios no será plena hasta que no se fije el plazo que deban cumplir las empresas para adecuarse a los nuevos cánones antimonopólicos, un punto que está en debate en la Justicia y por el que peleó el ex presidente Néstor Kirchner.
TV Digital. La quinta de Olivos estaba preparada para el anuncio de la presidenta Cristina Fernández de lanzamiento de INCAA TV cuando desde El Calafate llegó la noticia del fallecimiento de Kirchner. “El tamaño del mundo”, “Fuera de la ley”, “A sala llena”, “Una que sepamos todos” y “Fronteras” son algunos de los ciclos que se lanzarán cuando se reprograme la presentación de la señal, que desde entonces funciona con una emisión de prueba.
En paralelo, el Ministerio de Ciencia y Tecnología trabaja para poder lanzar en marzo su propio canal, en tanto que hay proyectos en carpeta para crear señales de Juventud, del Ministerio de Planificación Federal; de la provincia de Buenos Aires; de la Secretaría de Cultura; una conjunta del Inadi y la Secretaría de Derechos Humanos; y Sonar TV, de la Unión de Músicos Independientes.
Algunos verán la luz, otros se quedarán olvidados en el papel, pero el objetivo es que en un futuro no muy lejano el Estado concentre sus nuevos canales en el Centro Cultural Nuestros Hijos, donde funcionó en la dictadura la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA).
En paralelo, con fondos del Ministerio de Planificación Federal el INCAA lanzó concursos para generar más de 200 horas de contenidos para la TV Digital.
Usina. Desde la sanción de la ley de medios, el movimiento mutual y cooperativo comenzó a trabajar en la necesidad de crear una red de medios que le dé visibilidad al trabajo que realizan en todo el país. El objetivo es unir, desde www.usinamedios.com.ar, el poder de los 200 canales de televisión, las 400 radios y los 100 medios gráficos integrados.
Al respecto, el presidente del Instituto Nacional de Economía Social (INAES), Patricio Griffin, explicó: “Por unanimidad el directorio de organismo que presido ha decidido dedicar gran cantidad de recursos provenientes del sector a la puesta en marcha de esta estructura multimedia, pero será necesario garantizar la eficiencia, la rentabilidad y la capacidad de reproducirse como negocio, porque si no, tendremos una ley de medios vacía, como lo son algunas otras”.
La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual establece que deberá reservarse un 33 por ciento de las señales de televisión y radio para las organizaciones sin fines de lucro. Y también fija parámetros para promover la producción local de contenidos, una forma de contrarrestar la tendencia actual en la que más del 80 por ciento de lo que se emite se genera en la zona metropolitana Buenos Aires.
Fuente: Tiempo Argentino
Nota de MIRADA COOPERATIVA:
Nuestra mirada procura ser un poco más objetiva. Ni todo es tan edulcorado y óptimo como se pinta en esta nota, ni todo es tan tenebroso, como algunos comunicadores o empresas pretenden hacer ver.
Es cierto que desde la nueva ley se abrieron otras alternativas para los medios de caracter cooperativo principalmente. También es cierto que no hubo la avalncha que se pretende mostrar. Los canales de TV que el Inaes recuenta, en su gran mayoría ya existían antes de la misma y corresponden a los canales locales de los cables que antes (y en gran medida todavía) funcionaban bajo la forma de sociedades comerciales. Es probable que lleguen a unos ciento cincuenta cables de base cooperativa o mutual, a los cuales habría que sumar otros que sin serlo pueden asumir la conducción del sector y sumarse al acompañamiento. Pero eso en general ya existía. Como también existía Canal 6 Televisión Cooperativa, con una plataforma satelital, que gracias a las famosas regulaciones de grillas de AFSCA, se debió correr en todos los cables a frecuencias muy alejadas de los primeros canales. A veces trabajosamente a lo largo de los años se había ubicado en algún canal dentro de los primeros quince; pero ahora está lejos de ese "olimpo" donde la preocupación del gobierno parece que es poder ubicar a cualquier costa a C5N y CN23...
De los diarios que se comenta en el Inaes, se tratan de algunos existosos, y otros no tanto; pero unidos siempre por el leiv motiv de haber sido recuperados por sus trabajadores por el abandono de sus antiguos propietarios. Esto merce probablemente una nota especial.
Además, aunque apoyamos totalmente y con todas nuestras fuerzas la creación de una red federal y solidaria de información, como lo hicimos durante los últimos quince años, no confiamos en que esa red pueda ser autónoma e independiente de los gobiernos, si precisamente se organiza desde el gobierno y no desde el seno mismo del cooperativismo. Ese tema es el punto a resolver y no parece ser sencillo en la actualidad.
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