jueves, 23 de septiembre de 2010

Una correcta visión macro del despliegue de banda ancha

Congreso Informática y Telecomunicaciones del Bicentenario

Para Raúl Katz la masificación de la banda ancha impulsa el PBI y el empleo

Durante el Congreso de Informática y Telecomunicaciones en el Bicentenario, que comenzó ayer en Buenos Aires, el director de Estudios de Estrategia Empresaria del Columbia Institute for Tele-Information, de la Universidad de Columbia, Raúl Katz, presentó los mecanismos de impacto económico de la banda ancha, sobre el Producto Bruto Interno (PBI) y la tasa de empleo. El académico llamó a los Gobiernos a cerrar especialmente la brecha de demanda y facilitar la inversión del segmento privado, de manera de aportar al crecimiento en la penetración no sólo en base a un despliegue de infraestructura sino también de políticas públicas integrales.
Katz indicó que un aumento del 10% en la penetración de banda ancha podría contribuir en 0,16% al crecimiento del PBI en América Latina; el segundo impacto se da en el empleo a partir del despliegue de este servicio, que en un modelo aplicado a Chile resultó en un incremento del 1,8% en la tasa de ocupación.
La oportunidad de banda ancha tiene impacto en tres áreas: una mayor productividad, una mayor innovación ya que con más usuarios, hay más posibilidades de dar más servicios y generar más negocios-, y la recomposición de la cadena de valor con infraestructura en telecomunicaciones, que puede diversificarse y optimizarse para aumentar su funcionalidad, explicó Katz.
En su descripción de los mecanismos de impacto económico de la banda ancha, el académico explicó que su despliegue genera por un lado beneficios directos en la penetración residencial y en empresas, incrementando los ingresos por hogar, al sumar capacidades a sus integrantes, y aportando a la productividad de las compañías. En ambos sentidos contribuye al crecimiento del PBI.
Por otro lado, desplegar infraestructura tecnológica, produce un efecto multiplicador en la actividad económica, similar al que genera la construcción, pero con un impacto más interesante porque crea empleos en áreas específicas y técnicas.
Por ejemplo, en el caso de Argentina, cuya penetración de banda ancha ronda actualmente el 10% a nivel de habitantes, si se llegase a una penetración del 25% para 2015, la contribución marginal promedio al PBI sería de 1,08%. En tanto que la contribución a la reducción de la desocupación se ubicaría en 0,53%.
Efecto de rezago de dos años. Katz analizó los desafíos que aún plantea la región para esta incidencia de la banda ancha en el escenario económico. En primer lugar existe un efecto de rezago: el impacto de un despliegue no se verá hasta dentro de dos años en el PBI y la tasa de ocupación, debido al tiempo necesario para la adaptación y asimilación de la tecnología, señaló.
También mencionó la acumulación de capital intangible, es decir, la inversión requerida para la implementación de TICs en la gestión de la empresa; factores exógenos que pueden implicar un impacto distinto para diferentes regiones dentro de un país; y la capacitación a nivel de las Pymes.
En el diseño de metas, se definen brechas de oferta y demanda. En el primer caso, Katz estimó que en Latinoamérica se necesitan en total 17,3 millones de accesos de banda ancha: en Argentina esta cifra es de 798.429; en Brasil, de 5.599.699; y en Chile, de 222.603. Debe considerarse también la brecha de la demanda, es decir, aquellos hogares que podrían comprar planes de banda ancha pero no lo hacen. Las políticas públicas sólo se enfocan en infraestructura, olvidando que la adopción también está ligada a la demanda, y el factor educativo es crucial en este sentido, expresó Katz.
Modelos de participación pública. La propuesta de Katz a los Gobiernos para elevar la penetración de la banda ancha incluye alternativas como reducción de impuestos, subsidios de terminales, préstamos de inversión de capital, habilitación de espacios inmobiliarios y reducción de derechos de paso o costos de acceso a espectro. También el analista se ubicó a favor de la compartición de infraestructura. El Estado puede agregar la demanda de escuelas, hospitales, administración pública, bibliotecas, y entregárselos a un operador, de manera que se convierte en cliente ancla de la empresa privada, agregó.
Hoy subsisten dos modelos de participación pública el de redes municipales y el de redes troncales y de acceso-. Sin embargo, Katz advirtió que la intervención del Estado no es recomendable cuando el proyecto es sostenible y rentable. En esos casos debe dejarse a cargo del mercado. La participación estatal puede servir ante iniciativas no rentables para aliviar obstáculos con flujos de inversión, aunque a la vez existe un riesgo en la regeneración de cuellos de botella.
De todas maneras la responsabilidad del Gobierno para cerrar la brecha de demanda y estimular la inversión del sector privado fue considerada fundamental por Katz. En diálogo con Convergencia, consideró que como política integral, las mejores en la región son la agenda digital de Chile y la propia de Colombia, porque cubren todos los sectores. Además de la banda ancha, contemplan la informática, aplicaciones, el desarrollo de una industria del software. En el extremo opuesto se ubican Argentina y México, que aún están retrasadas en su definición de un programa nacional o una agenda digital.


Fuente: Convergencia A Diario

















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