Con la Ley de Medios en marcha, la autoridad de aplicación medirá la TV y radios de todo el país, compitiendo con Ibope y Aresco, generando mayor control sobre la pauta publicitaria
DAVID CAYÓN
En el mundo de los medios audiovisuales, la planilla del rating es lo más parecido a Dios. Es lo que hace que un programa pueda seguir al aire gracias al apoyo de los televidentes u oyentes y, por ende, de las empresas y sus auspicios, o es quien decreta que fue su última emisión.
Desde 1999 hasta hoy, el Instituto Brasileño de Opinión Pública y Estadística (Ibope) es quien maneja esos “benditos” números casi de manera exclusiva. Sin embargo, con un fallo a favor en la Corte Suprema de la Nación para la aplicación de la Ley de Medios, y mientras espera que la Cámara Federal de Salta destrabe una denuncia similar, la Autoridad Federal de Aplicación de la Ley de Servicios Audiovisuales (AFSCA) trabaja para cambiar el actual escenario.
“En julio estará aplicable la totalidad de la Ley de Medios, y en ese contexto lanzaremos un paquete de medidas”, aseguró el gobernador del Chaco, Jorge Capitanich.
Entre las medidas a las que hace referencia el gobernador, se encuentra esta especie de Ibope estatal. “En 90 días vamos a aplicar un sistema de medición”, explicó el funcionario a El Cronista.
Lo más llamativo de este nuevo sistema que quiere implementar el Estado es que el software que utilizará es de la AFIP. Según explicó el gobernador, el mecanismo permitirá “mecanismos de regularización en el uso de frecuencias” y, de manera colateral, se utilizará para un sistema de medición de rating para radio y TV en todo el país –hoy se mide Capital y GBA– lo que le generará “un marco regulatorio adecuado para el tema publicidad, ya que va a dar confiabilidad a la asignación de recursos para cualquier anunciante”, añadió Capitanich.
De esta manera, el Estado nacional tendrá bajo su órbita no sólo la entrega de señales y su renovación, sino que será la única entidad que diga cuánta gente miró y escuchó un programa en todo el país.
El temor que genera esto en el sector privado es que suceda los mismo que con las cifras del Indec y comience un “dibujo” de los números del rating. Y el problema mayor no es que se elevará sustancialmente el de los programas de la TV Pública –la única señal nacional de aire–, que ya todos dan por descontado, sino que se pueda manejar la pauta oficial discrecionalmente sobre la base de las planillas de medición oficial.
“Hoy ya existe diferencias entre Ibope y Aresco, la consultora de Julio Aurelio que también realiza la medición, pero que ya las manejamos, pero cómo vamos a contrarrestar una medición oficial”, aseguró en off the record el dueño de una central de medios –empresa que compra espacios de publicidad–.
Capitanich aseguró que la nueva medición no significará la desaparición de las otras. “Los que ya están, podrán seguir, pero nosotros seremos los únicos en hacerlo en todo el país”. Y defendió la medida asegurando que “se realiza en España desde hace muchos años, nosotros lo copiamos de ahí”.
Pero pese a todas las explicaciones técnicas que el miembro del “nuevo Comfer” intentó desarrollar para defender la nueva medida, al final reconoció que la idea es “tener un marco regulatorio para el tema publicitario, es algo necesario”, dijo.
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