jueves, 17 de diciembre de 2009

Las auténticas cooperativas



En el diario Página 12, el martes 25 de agosto pasado, el Dr. Héctor Polino publicó una columna de opinión sobre un tema altamente sensible a los cooperativistas; pero también altamente evasivo para muchos dirigentes. Hay que decir la verdad, en los últimos dos o tres meses se ha mencionado hasta la saturación la palabra “cooperativa”, “trabajo cooperativo” y “empleo cooperativo” y para desgracia de quienes venimos trabajando desde años en este movimiento federal, democrático y auténticamente social, nos enerva que se confunda el cooperativismo con el clientelismo. Pero la verdad es que algunas prácticas y algunos dichos que provienen de lo más alto del Gobierno, ayudan mucho a esa confusión.
Mientras tanto, millones de hermanos sumergidos en la pobreza, el desarraigo, la inseguridad y el desempleo, siguen buscando un horizonte que les devuelva algo de su dignidad perdida.
No es cuestión de oponerse a que cien mil argentinos tengan un puesto de trabajo, cuando en realidad faltan muchos miles más. Hay que aportar luz sobre los instrumentos que se utilicen para paliar ese flagelo.
Polino se animó a hablar claro y de frente, por eso publicamos hoy, con su autorización, este artículo, con el cual coincidimos en un cien por ciento.

Rodolfo Santecchia

Las auténticas cooperativas



El día 14 de agosto, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció un plan de empleo a través de cooperativas con el objetivo de generar 100 mil puestos de trabajo, en una acción conjunta del gobierno nacional con los intendentes del conurbano bonaerense. La iniciativa prevé una inversión inicial de 1500 millones de pesos, creando “cooperativas de 50, 60 o 70 personas, que harán trabajos comunales... cada trabajador va a ser monotributista... y va a cobrar con tarjeta bancaria para evitar rehenes de cualquier naturaleza”. Por supuesto, resulta loable toda iniciativa que procure reducir los altísimos índices de desocupación, máxime cuando se trata de generar nada menos que 100 mil nuevos empleos. Pero las características del plan no tienen absolutamente nada que ver con la doctrina y la práctica de las cooperativas de trabajo auténticas y genuinas. Estas son entidades autogestionadas, en cuyo seno se superan las contradicciones entre capital y trabajo que normalmente existen en la empresa capitalista. Los trabajadores, además de la suscripción e integración de las cuotas de capital social, deben aportar su trabajo personal, asumiendo el riesgo empresario, en una gestión auténticamente democrática.
Las cooperativas de trabajo procuran lograr una forma superior de la organización del trabajo, surgiendo desde el seno del pueblo, siendo la antítesis de propuestas asistencialistas, prebendarias y clientelistas. Los gobiernos deben apoyarlas para combatir con éxito la desocupación y la pobreza. Ese apoyo puede ser crediticio, de educación y capacitación cooperativa, de adjudicación en igualdad de condiciones con la empresa lucrativa, de trabajos de obras o provisión de servicios, etc.
El anuncio realizado por la Presidenta está concebido en la idea de generar puestos de trabajo subordinado, en relación de dependencia, contratado y remunerado por los intendentes del conurbano bonaerense, con fondos aportados por el gobierno nacional. Esa modalidad difiere sustancialmente del trabajo asociado, autogestionado, que caracteriza al cooperativismo de trabajo.
En momentos de gran confusión como el actual, es conveniente aclarar los conceptos, para comprender el significado de los anuncios efectuados por la máxima autoridad política del país. Está bien anunciar la lucha contra la pobreza, la desocupación, la miseria; pero está muy mal prostituir conceptos, sobre todo el que caracteriza a un movimiento social como el cooperativismo, que tiene que luchar en desigualdad de condiciones por valores como la solidaridad, el esfuerzo propio, la ayuda mutua, la participación, con los disvalores de la sociedad capitalista que nos rige.

Héctor Polino


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