En 1974, el entonces Presidente Juan Domingo perón, popularizaba una frase que se ha transformado en un clásico refrán argentino: “En épocas de inflación, los precios suben por el ascensor y los salarios por la escalera…”. La justeza en la apreciación simple y clara del viejo estadista, no deja lugar a ninguna otra discusión sobre el fondo de aquella sentencia. Siempre los factores con menor capacidad de incidencia y poder, cuando la inflación se desboca (por las causas que sean en cada momento), deben ir por detrás tratando de alcanzar la participación perdida dentro del producto bruto interno.
En estos momentos donde existe un sector laboral formal con fortaleza sindical, no es precisamente ese el conglomerado más débil, sino que al haberse ampliado el sector informal de trabajadores y al haber aparecido en los últimos años, un sector crónico de desocupación y sub ocupación que está estabilizado en un porcentaje muy importante, allí están los hermanos más débiles.
Nunca la inflación alta, como la que hay en nuestra patria hoy, puede durar por muchos años, llega un momento en que las crisis que se desatan son cada vez más intermitentes. Pero eso es tema de los economistas.
También hubo en los viejos edificios, carteles que decían precisamente la frase del título de esta columna. Era una manera de advertir que si uno no quería cansarse y por eso utilizaba el ascensor (de esos abiertos y con puertas de tijera…), nadie se responsabilizaba de los accidentes.
La sensación que a algunos argentinos hoy nos está quedando, es que la inflación es el camino elegido para pasar este tiempo político por las autoridades, sin garantizar un aumento efectivo de la inversión bruta, que podría superar uno de los grandes problemas de la loca carrera entre precios y salarios.
La sociedad tiene a su disposición la escalera por donde recuperar la porción de producto que cotidianamente pierde en la carrera con los precios que van por el ascensor. Seguramente llegará después, aunque apriete la marcha. Mientras tanto el tiempo seguirá pasando, entre huelgas, reclamos, acampes de desocupados, piquetes que reclamarán su lugar en la escalera, que de cualquier manera será el camino donde con seguridad, se llegará después de los precios.
Para seguir viviendo en un país ideal, donde el ascensor avanza tan lento que los caminantes superan su marcha permanentemente, sigue estando el INDEC. Un pequeño repaso de los números de febrero, dados por el organismo oficial y la contraparte de las consultoras y organizaciones privadas y asociativas, servirá para seguir desentrañando esta incógnita.
Rodolfo Santecchia
Para casi todos, la inflación de febrero fue 2,8% pero para Edwin/INdEC, 1,2%
¿Qué dirá ahora Ana María Edwin, quien días atrás intentó burlarse del empresario Cristiano Rattazzi, de Fiat Auto, desacreditando sus reflexiones sobre el Instituto Nacional de Estadísticas y Precios?
Para el INdEC, el Índice de Precios al Consumidor - Nivel General, tuvo una variación durante febrero de 1,2%, acumulando una suba de 2,3% en el 1er. bimestre y de 9,1% en los últimos 12 meses. El precio de la canasta familiar equivalente es de $ 1.100 por mes.
El valor de la CBT -que mide la línea de pobreza- para una familia tipo alcanzó a $1.131,3 para febrero. En tanto, la CBA -que mide la línea la indigencia- aumento 4,74% y trepó a $ 515,59.
Para el conjunto de los economistas y centros de estudios económicos privados, el Índice de Precios al Consumidor tuvo una variación durante febrero de entre 2,7% y 3,0%, acumulando una suba de entre 5,0% y 6,5% en el 1er. bimestre y la canasta básica trepó a $ 1.900.
La brecha es grande y cada vez mayor entre la Argentina "real", según los Kirchner; y la Argentina "virtual", también según los Kirchner, sin comprender que la opinión pública reacciona con enojo cuando recuerda esos dichos y los compara con sus vivencias cotidianas.
El rubro Alimentos y Bebidas registró un incremento del 2,6%, según el INdEC, en tanto las carnes treparon 8,7%.
Para los privados, el aumento de las carnes llegó hasta 30%, con un comportamiento más alcista en los cortes populares que en los cortes menos populares.
En cualquier caso, se trata de una inflación creciente porque el 1,2% de incremento de precios minoristas de febrero significó, según la medición oficial, el nivel más alto desde enero de 2006 y de la actual administración de Cristina de Kirchner.
En enero de 2006, el IPC arrojó un aumento de 1,3% y en marzo de ese año 1,2%, igual que en febrero pasado.
La ex directora del Índice de Precios de Consumo del INdEC, Graciela Bevacqua, y el economista Nicolás Salvatore, asegura que la inflación de febrero fue de 2,9%. Ernesto Kritz, a su vez, la ubicó en 2,8%.
Publicado en: Urgente 24
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