martes, 23 de marzo de 2010

La inflación de Rosario casi triplica a la "oficial" de Capital y Gran Buenos Aires. ¿Quien miente?

Ismael Bermúdez de la redaccíón de Clarín


Los precios en 2009 aumentaron 21,8%, contra 8,3% que registró el polémico INDEC. Son datos de Santa Fe, que tiene patrones de consumo muy similares a los de Capital y GBA. La Presidenta había destacado sus mediciones.                  ¿Las góndolas de Rosario son el triple de caras?
No sólo se encareció la carne, sino también el resto de los alimentos. No sólo los precios de la carne se dispararon. Frutas y verduras tuvieron aumentos similares, en muchos casos superiores. Los lácteos no se quedaron atrás y hasta el vino común registró en los últimos 12 meses un alza de más del 50%. Y los restantes alimentos y bebidas acompañaron los incrementos.
A falta de información oficial nacional, estos aumentos son los que relevó en la ciudad de Rosario el Instituto de Estadísticas de la Provincia de Santa Fe (IPEC), un organismo que el 1° de marzo, al inaugurar la Asamblea Legislativa, fue elogiado por la Presidenta Cristina Kirchner por la difusión de datos de pobreza.                                  
Se trata de cifras oficiales provinciales en base a los precios promedio relevados por los encuestadores del IPEC entre los negocios, supermercados y comercios de la región que tiene una estructura de consumo muy parecida a la de Capital y GBA.
Hasta que fue intervenida el Área de Precios, el INDEC daba a conocer una lista semejante, pero dejó de hacerlo porque consideró "irrelevante" difundir esa información y porque "el IPC contabiliza variaciones de precios y no precios absolutos", según dijeron los funcionarios.
Pero al margen de estos argumentos poco creíbles, lo real es que la lista de precios del IPEC coincide bastante con la percepción de los consumidores, lo que hace más fidedigna la estadística oficial provincial.
Así, entre enero de 2010 e igual mes de 2009, en promedio los precios minoristas subieron en Rosario el 16,7%, liderados por Alimentos y Bebidas con un alza del 21,8%.
Entre los alimentos y bebidas que mayores aumentos tuvieron se destacan el zapallito, el zapallo, el vino común, la acelga, la leche fresca entera y la batata, con subas superiores a la carne. En tanto el pollo entero registró un alza del 32,5%, el azúcar el 29,7% y la cerveza el 26,3%. Y es sabido que el mayor incremento de los precios de los alimentos y bebidas golpea más a los hogares más pobres e indigentes.
En igual período para el INDEC, en Capital y GBA, en promedio, los precios habrían subido el 8,2% y los alimentos el 8,3%,
Semejante brecha en la variación de los precios -de más del 100%- entre Rosario y la Capital- GBA solamente se explica por un "problema" de medición que comenzó a manifestarse tres años atrás con los cambios en el INDEC.
Ahora "en los últimos 3 meses la tasa de inflación navega a un ritmo anualizado superior al 30%. Aún quitando de la cuenta el rubro "alimentos y bebidas", la inflación en el resto de los rubros no baja del 20% anualizado", señala el último Informe del Banco Ciudad.
Por su parte, si bien en febrero el INDEC admitió, con el 1,2%, una mayor suba de los precios minoristas, esa medición está muy lejos de las cifras que comenzaron a difundir los Institutos Provinciales. Por ejemplo, la Dirección de Estadísticas y Censos de La Pampa informó que en febrero los precios en la ciudad de Santa Rosa subieron el 2,5%. Y el organismo oficial de San Luis informó que en ese distrito los precios aumentaron el mes pasado el 4,4%, acumulando una inflación anual del 24,9%, tres veces la que informa el Instituto Nacional.
Por esa razón, la consultora ACM señala que el mayor porcentaje de inflación admitido por el INDEC para febrero "parece obedecer más a un escenario de inflación creciente que a un sinceramiento de las estadísticas oficiales".
Este escenario inflacionario se explica por factores estructurales, como la reducción del stock ganadero y el desplazamiento de la actividad hacia la actividad sojera, factores puntuales, como climáticos o por mayores costos y reacomodamientos generalizados de precios.
También por el desplazamiento de la demanda hacia los productos sustitutos de la carne y el traslado de los mayores costos sobre los bienes y servicios. Y expectativas de mayor inflación por las necesidades de emisión monetaria para cubrir el déficit fiscal, la brecha que aún tiene el financiamiento de la deuda o el efecto monetario del pago con reservas.


Publicado en Clarín 23/03/2010

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